lunes, 22 de septiembre de 2008

CUENTO 6/6

EL REY ACERTIJO

Hace muchos años, en un reino lejano, había un rey que gozaba de descifrar todo tipo de acertijos. Todas las mañanas le pedía a sus criados que le dieran algún juego de lógica para que pudiera resolverlo durante la tarde, y así era todos los días, hasta que cansado de superar todo reto, decidió convocar a los sabios más reconocidos de aquel tiempo para que le impusieran un acertijo de alta complejidad para celebrar su cumpleaños número 80.Los sabios llegaban de todo el mundo y hacían largas filas para que el rey intentara resolver su acertijo, al ver que no había ningún sabio que le pusiera un verdadero reto, ofreció 100 monedas de oro a quien le diera un acertijo que no pudiera descifrar, y aun así, no veía un aumento de complejidad, por lo que fue aumentando el motín hasta 1,000 monedas de oro.Días después llegó una carta urgente al rey, era de un joven campesino, que le proponía ponerle un acertijo tan difícil que tardaría años en descifrarlo si es que tenía suerte, pero 1,000 monedas de oro no eran suficientes, si el rey no lograba descifrarlo en un año, entonces el joven se casaría con la princesa, de lo contrario sería juzgado por traición.El rey, emocionado por enfrentar tal reto, mandó traer al joven y después de platicar con él toda la tarde, aceptó el reto. Éste consistía en un laberinto gigante, construido a las afueras del castillo, mismo que el joven había diseñado.La mañana siguiente el rey comenzó el reto entre las porras de la gente y prometió volver en el tiempo prometido. Pasó un año, el tiempo se acabó, y el joven se casaría con la princesa, pero esa misma mañana, cuando el reino se preparaba para la gran fiesta, apareció el rey, en medio de la incredibilidad de la gente, se paró frente a todos y dijo:-Hace un mes que llegué al centro del laberinto, encontré el tesoro y prueba que demostraría que había cumplido con mi cometido, y cual fue mi sorpresa al ver que ese tesoro era un baúl que contenía una extensa carta que el joven me había escrito en donde me decía lo mucho que amaba a mi hija, la princesa, y que estaría dispuesto hasta dar la vida por ella, por eso decidí esperarme un mes más ahí adentro, porque sabía que él era el indicado para casarse con mi hija, pero me daba pena aceptar que fuera con un campesino, y hoy, que los veo a los dos felices, me doy cuenta de que no había nada de que avergonzarme, porque este joven, fue inteligente, fuerte y valiente, al aceptar retarme, y no hay nadie mejor para que tome mi lugar en el trono a lado de mi hija.

CUENTO 5/6

PERDIDAS EN EL HOTEL

-Ya pasamos por aquí, recuerdo haber visto esa palmera--¡Hay cientos de palmeras Kathy es un hotel!- decía Liana un tanto enojada.Yo me reía de la situación pero también me cansaba de estarlas oyendo discutir cuando yo lo único que quería era dormir. Ya eran las 6 de la mañana, acabábamos de llegar al hotel después de una larga noche de fiesta, pero éste era tan grande que ni siquiera podíamos encontrar nuestra torre, caminábamos por la alberca mientras el sol salía; de pronto veo en piso huellas de agua, yo estaba empapada por un mal paso que había dado a lado de la alberca, y como no había nadie más alrededor supuse que eran las mías. Empezamos a seguirlas y nos dimos cuenta de nuestra ridícula situación. Creíamos haber estado dando vueltas sobre el mismo lugar, versión que fue confirmada tras oír las risas de nuestros amigos burlándose de nuestra situación desde el balcón de nuestros cuartos. Sin embargo, esa noche les quitamos las llaves de los cuartos y dejamos a todos afuera, ahora éramos nosotras quienes reíamos mientras los veíamos dormir en las sillas al lado de la alberca. Fue así como gozamos nuestra dulce venganza.

CUENTO 4/6

UNO MÁS EN LA ESTADÍSTICA

-No puedo creer que estoy haciendo esto, apenas puedo abrir los ojos, no sé si voy a 100 ó 10 km/hr, veo luces, ¿serán semáforos o carros? ¿Debo frenar? No, ya voy a llegar.-Ese era mi debate interno a altas horas de la madrugada después de salir de un antro de moda. Un par de horas antes había advertido que debía manejar hasta mi casa, pero como era de esperarse perdí el control; afortunadamente llegué a mi casa sin ningún contratiempo, entré sigilosa para que mis padres no me escucharan y me escabullí hasta mi cuarto, me dejé caer en la cama con planes de no saber nada del mundo hasta más allá del mediodía. No pasó mucho tiempo cuando sonó mi radio, y al verlo me di cuenta de que era una amiga que estaba conmigo en el antro, pensé que se trataría de alguna broma o algo así, contesto, me levanto inmediatamente, me pongo una sudadera y salgo a gran velocidad hasta un crucero importante de la ciudad. Me habían marcado para decirme que Carla había tenido un accidente, y no fue hasta que llegué cuando vi la magnitud de éste. El coche estaba desecho –no creo que haya sobrevivido- me dije a mí misma mientras incrédula veía el movimiento policiaco. -se llevaron a Carla al hospital, no sabemos su estado- me dijo Reneé en un mar de lágrimas. Otra vez atrás del volante, pero esta vez rumbo al hospital. Cuando llegamos nadie nos podía decir nada, no se cuanto tiempo pasó, el teléfono sonó unas 20 veces hasta que llegaron nuestros papás, contamos lo sucedido y después de escuchar un sermón de 30 minutos, mis papás me dijeron: -Sabemos que no fue tu culpa, tú no permitirías que alguien manejara en ese estado, y también que serías incapaz de hacerlo- la culpa me invadió, me pudo haber pasado a mí, tuve suerte al no sufrir un accidente, Carla al no morir en él, pero no todos tienen la misma suerte. Esa noche vi las caras de los familiares y amigos de más de 3 desafortunados en ese mismo hospital, y 4 accidentes más en el trayecto a mi casa. Fue en ese momento cuando me acordé de haber leído unas estadísticas acerca de accidentes automovilísticos, cifras que me parecían exageradas, pero al fin de cuentas, ya formábamos parte de ella.

CUENTO 3/6

VOLUNTARIA

Todavía me da risa escuchar esa palabra: voluntaria. Mi estancia en el Distrito Federal había terminado, me tenía que despedir una vez más de aquella hermosa ciudad y de mi familia, eran las 10.00 a.m. faltaban 2 horas para que saliera mi vuelo de regreso a Tijuana, después de documentar y pasar las interminables paradas de revisiones llego a la sala A, y me arrepiento de haberme desvelado el día anterior, no aguanto el cansancio, me estoy quedando dormida sobre mi plato de frutas, por suerte alcanzo a oír que anuncian mi vuelo y camino hasta la terminal anunciada. Cual es mi sorpresa al llegar que veo a bastantes familias y turistas extranjeros bastante consternados, el vuelo esta sobrevendido y buscan pasajeros voluntarios para ceder su asiento y recibir a cambio “beneficios Aeroméxico”. Yo vengo sola, no pierdo nada, prefiero ceder mi asiento, total no tengo prisa. Pregunto en el mostrador y me ofrecen un boleto en primera clase para el vuelo de las 8.00 p.m. y un boleto gratis para un viaje redondo a cualquier destino de la república, con vigencia de un año, podría estar mejor. Salgo del aeropuerto y tomo el metro, conozco algunas estaciones y ya no quiero molestar a mi familia, pierdo la tarde en una exposición, una comida y un café. A las 8.35 p.m. despego con rumbo a Tijuana, o al menos eso creía yo, una hora y media después anuncian nuestro descenso en Guadalajara. No lo puedo creer, me apresuro a pedir información, y una señorita muy amable, me dice que es una pequeña escala. Casi 3 horas despúes, volvimos a despegar, que bueno que era breve, ni siquiera los asientos de piel de primera clase me permitían un buen descanso, estaba harta. Ya era de madrugada cuando anuncian que debido a las fuertes lluvias tendremos que aterrizar en Mexicali, y prometen una reanudación de vuelo muy pronto. Son las 6.00 de la mañana y estoy tratando de dormir en un camión mientras cruzo “la rumorosa”.8.00 a.m. por fin llego a Tijuana… estoy muerta en vida, pero creo que valió la pena, tengo un boleto gratis y podré volver cuando yo quiera, o al menos eso creía, no lo puedo creer, perdí mi boleto de cortesía, lo debí de haber usado de servilleta mientras comía en los “tacos parados” afuera del aeropuerto, había perdido la razón de mi ofrecimiento como voluntaria. Cuando llego a mi casa me preguntan: -¿Cómo fue que decidiste ofrecer tu lugar?- y al no querer recordar mi desgracia, sólo atiné a decir: - pues así, de forma voluntaria.

CUENTO 2/6

DÍA DE PINTA.

Todo por el aburrimiento, ¿qué hacen 4 amigas sentadas en una plaza sin hacer nada un jueves a las 6.00 p.m.? Vemos hacia el cielo como si estuviéramos esperando algo, y lo único que cae es una propuesta interesante: -¿Qué tal si nos vamos de pinta?- todas no reímos como si fuera un chiste de Polo Polo, llega el silencio acompañada de nuestra reacciones. -¿qué?- si, tenemos que hacerlo, esa es nuestra conclusión. De tanto planearlo creemos que algo va a salir mal, es mejor improvisar, actuar al momento. Yo soy la encargada de llevar el plan al pie de la letra, estaciono mi carro una cuadra atrás de la escuela y coloco un simpático letrero con caritas felices sobre la ventana que significa que todo va conforme al plan. Me agacho y es hora de esperar, Edna es la primera en llegar, nerviosa como siempre, la intento de calmar, quería renunciar y la pelea comienza, afortunadamente llegó Yulianna, ya éramos tres, las suficientes para continuar con lo planeado, todo seguirá adelante independientemente de que llegue Andrea o no. Ya son las 7.00 a.m. y decidimos arrancar, creo que Andrea se arrepintió o simplemente no fue a la escuela fingiendo una enfermedad, como es su costumbre, apenas estoy arrancando cuando la veo correr hacia nosotras por el espejo retrovisor. Por fin estamos las cuatro, los nervios nos hacen un hueco en el estómago, nadie nunca lo había logrado, pasamos frente a la escuela con sudaderas de colores que esconden nuestro escudo, burlamos a toda la seguridad típica de aquella institución, nos dirigimos hacía el centro comercial más cercano, o mas bien, el único de Tijuana en aquél entonces, tenemos hambre, pero todo está cerrado, y nuestro presupuesto es corto, así que terminamos comiendo en una tienda de autoservicio. Pasamos el resto del día por toda la ciudad, no sabíamos como era por la mañana, todo se veía diferente ¿qué podía pasar?Lo peor… una llamada telefónica nos extrañó mucho, y más al ver que se trataba de otra de nuestra amigas que se encontraba en la escuela, nadie quiere contestar y sólo atino a apretar el botón verde, todas quedamos atónitas, pálidas, al escuchar las siguientes palabras… -ya las cacharon- Y este fue el resumen que escribí durante mi semana de castigo en la biblioteca, claro, después de ordenar algunos libros, sacudir las mesas, sacar copias y servirle el café al señor gordo de la computadora… pudo haber estado peor.

CUENTO 1/6

LA CASA EN LA PLAYA

Había sido una semana difícil: exámenes, tareas, ensayos, trabajos, regaños de profesores, etc. Mi cabeza no daba para más, yo sólo quería que fuera viernes para irnos a la playa, donde mis abuelos tenían una casa, y que por cierto me la habían prestado para pasar el puente de septiembre junto con mis amigos ya que ellos se iban a ir de viaje. Todo iba perfecto, por fin llegamos, no hacia el calor que esperábamos, pero no importaba, mañana sería otro día, con que no lloviera, era suficiente. Parece que invoqué a la lluvia, los relámpagos no cesan, el viento golpea las ventanas y asota las puertas, nadie quiere salir, sólo nos queda platicar historias de terror frente a la chimenea acompañados de una buena taza de chocolate caliente. A mí no me asustan todas esas historias fantasmagóricas, son puro cuento, así que me burlo de la situación y propongo hacer algo más divertido: jugaremos a las escondidas.
Yo conozco esta casa como la palma de mi mano, les daré unos buenos sustos. Me ofrezco a ser el que cuenta, nadie se opone, cuento hasta 20. Apenas empezaba a caminar cuando oigo el crujir del piso viejo de madera, sé que alguien esta por ahí, sin embargo no veo ninguna señal, comienzo a asustarme, las cortinas se mueven, las sillas se mesen, oigo ecos de voces desconocidas, debo estar alucinando. Estoy aterrado. Me cubro la cabeza, me tapo los oídos, comienzo a gritar, de pronto, los ecos que creía escuchar ya no son ecos, son voces mas claras, son risas, si, muy claras, comienzo a reaccionar, no es mi imaginación, son mis amigos que me revirtieron la broma. No puedo creerlo, por un lado me reconforta el saber que todo era una broma, comenzamos a platicar y a burlarnos de la situación. Les comento que lo que más me aterró fue cuando creí escuchar pisadas en el techo… no eran ellos, ahora si ya no era un broma, comienzan los ecos, los crujidos, las pisadas, las cortinas… alguien más está jugando con nosotros. Está en el cuarto, pero no lo podemos ver.
Eso es todo lo que recuerdo de aquel día, ya no he vuelto a ver a ninguno de mis amigos, solo veo paredes blancas, todos parecen verme, pero yo no veo a nadie, como aquella noche, en esa sala.

MAPA MENTAL: DÍAS ENMASCARADOS